La forma más habitual de estimular los puntos de acupuntura es mediante la inserción de finas agujas metálicas, que una vez insertadas se dejan puestas entre 10 y 20 minutos. Cabe decir, sin embargo, que ésta no es la única manera de hacerlo.
Otra forma alternativa de estimular los puntos de acupuntura -descrita en los textos de acupuntura antiguos pero que modernamente ha caído en el olvido por lo que pocos acupuntores la utilizan hoy en día- es usar un palpador metálico -es como un lápiz con la punta bien redondeada pero hecho de metal- que, sin necesidad de traspasar la piel, es tan eficaz -o casi- como las agujas.
La estimulación de puntos de acupuntura con un palpador es totalmente indolora y permite tratar aquellas personas a quiénes la aprensión a las agujas les hace rechazar la acupuntura -podemos pensar en los niños, por ejemplo-. En este caso, también puede utilizarse el dedo índice, simplemente.
Por otro lado, al no haber puntura se trata de una terapia estrictamente no invasiva que no conlleva riesgo alguno -con las agujas siempre hay que estar atento a no provocar un neumotórax-.