La medicina occidental moderna ha hecho avances extraordinarios en medicina y es muy útil en determinadas situaciones y para tratar determinadas patologías. Así, por ejemplo, cabe mencionar las situaciones de urgencia vital y determinadas situaciones de crisis, los avances realizados en cirugía y la microcirugía, las prótesis y los trasplantes, la anestesia, los antibióticos y determinados fármacos, la insulina y el marcapasos, las pruebas clínicas y el diagnóstico por la imagen, la reproducción asistida y los avances en genética, etc.
No obstante, la visión que la medicina occidental tiene del cuerpo humano presenta carencias y es, de hecho, incompleta, pues deja de lado varios aspectos importantes de la realidad del cuerpo y la persona.
No tener en cuenta estos aspectos del cuerpo humano hace que la medicina occidental presente carencias importantes a la hora de comprender y tratar muchos dolores y patologías que, en cambio, se pueden tratar satisfactoriamente de acuerdo con la concepción de otras medicinas, que sí incorporan dichos aspectos, como son la Medicina Tradicional China (MTC), la Osteopatía o la Homeopatía.