Clasificación de las técnicas osteopáticas

Para clasificar de manera sencilla las diferentes técnicas osteopáticas y poner de manifiesto las principales diferencias que hay entre ellas, es útil usar los dos criterios siguientes:

  • El diagnóstico se hace según la posición de los huesos en relación con la articulación (osteo-articular) o a partir de criterios musculares
  • El tratamiento se hace en el mismo sentido en que actúa el cuerpo, de forma suave e indolora, o contra resistencia y, en consecuencia, forzando

De este modo, las diferentes técnicas osteopáticas quedan clasificadas así:

Clasificación de las técnicas osteopáticas

La osteopatía y la quiropráctica, las primeras técnicas osteopáticas que se desarrollaron, utilizan los huesos del esqueleto -la parte del cuerpo humano que se conocía mejor en ese momento- como referencia. El diagnóstico es por tanto osteo-articular y el tratamiento, puramente local, se hace forzando las articulaciones hasta su límite fisiológico con movimientos rápidos de poca amplitud ("thrust" o "cracking"). A pesar de sus numerosos inconvenientes, estas técnicas todavía son muy utilizadas hoy en día.

La terapia cráneo-sacral -cuyos fundamentos teóricos son muy discutibles- hace también un diagnóstico osteo-articular pero ya actúa sin forzar. Es una técnica interesante pero muy sutil y de una gran complejidad, lo que hace que fácilmente se puedan cometer errores y el tratamiento no dé el resultado esperado.

Las técnicas basadas en estirar los músculos (puntos gatillo, terapia miofascial, Cyriax, las técnicas de energía muscular, el método Mézières y todas las que hacen estiramientos), también muy utilizadas, tienen los inconvenientes de que actúan contra la resistencia del cuerpo, y por tanto no son estrictamente naturales y suelen ser dolorosas, y de que al estirar un músculo contracturado existe el riesgo de que éste todavía se contraiga más, lo que les resta mucha eficacia.

El método de Strain-Counterstrain hace un diagnóstico muscular y trabaja en el mismo sentido en que lo hace el cuerpo, sin forzar, como la Mioterapia, pero a diferencia de ésta, actúa más bien localmente porque le falta una concepción integral de tratamiento del cuerpo.

Así pues, la Mioterapia se distingue porque trabaja con los músculos -que son los verdaderos responsables de los problemas articulares- porque actúa en el mismo sentido en que lo hace el cuerpo, de forma totalmente natural, suave e indolora, porque tiene una concepción integral del aparato locomotor y sabe distinguir entre causas y consecuencias en sus desequilibrios y, además, porque es relativamente sencilla de aplicar y tiene unas bases teóricas sólidas y porque proporciona excelentes resultados terapéuticos, tanto a corto como a largo plazo.