Artrosis

Radiografía con artrosis lumbar

La artrosis es una enfermedad considerada por la medicina oficial como responsable de muchos dolores articulares que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular y la progresiva aparición de malformaciones óseas en la articulación. La artrosis se considera idiopática -es decir, que no se conoce su causa- y asociada a una serie de factores de riesgo entre los que destaca la edad, lo que hace que en la práctica se la considere como una enfermedad degenerativa del esqueleto asociada a la edad.

La clínica de la artrosis se caracteriza por el dolor articular, la limitación del movimiento de la articulación, una posible deformación articular típica asociada a cada articulación, y, en ocasiones, inflamación. El diagnóstico se hace en base a esta clínica y a la presencia de malformaciones óseas (osteofitos, etc.) en una radiografía. Es pues un diagnóstico eminentemente radiológico.

El tratamiento habitual incluye medidas de higiene postural y de estilo de vida, varios fármacos (analgésicos para disminuir el dolor, antiinflamatorios, otros fármacos que intentan mantener o restaurar las propiedades del líquido sinovial o del cartílago), infiltraciones de fármacos (corticoides, ácido hialurónico) y, en casos extremos de artrosis avanzada, cirugía.

Mioterapia

Desde el punto de vista de la Mioterapia, la artrosis no es una enfermedad -es decir, no es una causa en sí misma- sino simplemente la consecuencia de un desequilibrio mecánico mantenido durante años. Son las contracturas musculares las que provocan el dolor articular y la limitación de movimiento y las que, con el paso del tiempo, provocan la aparición de las malformaciones óseas y una posible deformación de la articulación. Prueba de ello es que al quitar las contracturas, el dolor y la limitación de movimiento desaparecen y, en cambio, las malformaciones óseas y la deformación articular, no.

También hay que decir que sí bien es habitual encontrar signos de artrosis cuando hay un dolor articular, es también habitual no encontrar ninguna. Y tampoco es extraño encontrar signos radiológicos de artrosis sin que haya sin embargo dolor articular. De hecho, la presencia de signos de artrosis lo que nos indica realmente es que el desequilibrio muscular hace años que está instaurado.

La relación de la artrosis con la edad se explica porque con la edad aumenta la probabilidad de haber sufrido traumatismos que hayan provocado contracturas y de que las contracturas hayan tenido tiempo suficiente para provocar el desgaste del cartílago y las malformaciones óseas. Y no hay que olvidar que también hay jóvenes que sufren artrosis y gente mayor que no tiene.

Desgaste del cartílago y malformaciones óseas

El mecanismo que explica la aparición de la artrosis es el siguiente. Inicialmente hay un traumatismo que provoca una contractura muscular. La contractura muscular ejerce una fuerza permanente sobre la articulación. El efecto de esta fuerza es de comprimir, reducir la movilidad y hacer trabajar en una posición de desequilibrio a la articulación. La articulación queda sometida a una fuerza de compresión, tiene la movilidad reducida y pierde su eje fisiológico de trabajo y pasa a trabajar en una posición que no es la suya habitual en la que las fuerzas que actúan sobre ella no actúan sobre el eje sobre el que naturalmente deberían hacerlo.

Traumatismo y contractura muscular

Las articulaciones del cuerpo están preparadas para trabajar soportando cargas mecánicas aplicadas en determinadas direcciones sobre la articulación. Las fibras del hueso y del cartílago están dispuestas para hacer frente óptimamente a cargas aplicadas en estas direcciones. En el momento en que la articulación pasa a trabajar en una posición diferente a la habitual, las cargas de todo tipo que debe soportar pasan a actuar sobre otras direcciones que no son las que la articulación está diseñada para soportar.

Los huesos, que son vivos y se renuevan continuamente, necesitan estar sometidos a cargas mecánicas normales para mantenerse en buen estado de salud. Un hueso inmovilizado y sometido a cargas mecánicas diferentes a las que está diseñado para soportar, se podrá fracturar con más facilidad (de ahí las fracturas de estrés) y fácilmente creará malformaciones óseas.

De manera similar, el cartílago de la articulación se desgastará si tiene que hacer frente continuamente a cargas mecánicas que actúan sobre direcciones para las que el cartílago no está diseñado para trabajar. En el caso del cartílago, la limitación de movimiento de la articulación también es un factor muy importante, ya que el cartílago necesita que el líquido sinovial se mueva y circule para nutrirse bien.

Consecuencias de la contractura

El resultado de todo este proceso de degeneración del cartílago y del hueso subcondral, el cual es progresivo y requiere de un cierto tiempo para que sus cambios sean perceptibles, es lo que se conoce con el nombre de artrosis.

Tratamiento

El tratamiento de la artrosis tiene por objeto tratar y quitar la causa del dolor articular y la pérdida de movilidad de la articulación. O sea, el tratamiento se orienta a eliminar las contracturas musculares que son quienes realmente provocan el dolor y limitan la movilidad de la articulación.

Así pues, cuando decimos que la Mioterapia permite tratar la artrosis lo que estamos diciendo es que la Mioterapia permite tratar el dolor articular y las limitaciones de movimiento que se asocian habitualmente a la artrosis pero que realmente son debidos a las contracturas musculares.

Las malformaciones óseas que ya se hayan creado no se podrán eliminar, como es lógico, pero esto no es preocupante porque -excepto en casos de artrosis avanzada- no tiene ninguna consecuencia. En todo caso, al tratar las contracturas musculares que desequilibran la articulación se evita que la artrosis siga progresando.

Artrosis avanzada

Artrosis avanzada

También hay que decir que en caso de artrosis avanzada es habitual que la propia degeneración de la articulación provoque dolor y pueda disminuir la movilidad de la articulación. En este caso, hay que decir que desgraciadamente hemos llegado demasiado tarde y probablemente será necesaria la cirugía para tratar de paliar las consecuencias del daño sufrido por la articulación.

Sin embargo, antes de optar por la cirugía, será conveniente eliminar las contracturas musculares para poder valorar así cuáles son realmente las consecuencias de la degeneración artrósica de la articulación. Hay que tener en cuenta que en estos casos, el dolor suele tener dos componentes: el provocado por las contracturas musculares y el debido a la degeneración de la estructura. Será necesario pues, tratar primero las contracturas musculares (preferentemente con Mioterapia y/o Acupuntura) y, una vez eliminada esta causa de dolor, valorar entonces si las consecuencias de la degeneración artrósica por sí solas justifican realmente la intervención quirúrgica.