Tortícolis congénita del bebé

Tortícolis congénita

La tortícolis congénita del bebé es una patología que se caracteriza porque el bebé presenta rigidez y falta de movilidad en la columna cervical y mantiene una postura con la cabeza inclinada hacia un lado y rotada hacia el otro (es decir, por ejemplo, la cabeza inclinada hacia la izquierda y girada hacia la derecha).

Aunque siempre se deberán descartar otras posibles causas, la causa más habitual de esta deformación es una contractura del músculo esternocleidomastoideo (SCM). El tratamiento que se hace habitualmente consiste en hacer estiramientos pasivos de este músculo y estimular al bebé -al alimentarlo, al tenerlo en brazos, al ponerlo en la cuna, etc.- para que tenga tendencia a adoptar la posición contraria a la de la deformación y estire activamente el músculo. El tratamiento suele ser largo y requerir muchas sesiones. Además es doloroso y, en consecuencia, el bebé suele llorar mientras se hace. Algunas veces, cuando el tratamiento no es efectivo, se puede llegar a intervenir quirúrgicamente al bebé.

Mioterapia

Este es un problema mecánico que se puede resolver muy bien con Mioterapia. De acuerdo con la Mioterapia, la causa de la tortícolis congénita del bebé es fundamentalmente una contractura muscular del SCM debida a un estiramiento brusco o excesivo sufrido por el músculo durante el embarazo o el parto. Hay un desequilibrio mecánico que se manifiesta principalmente con la contractura del SCM y, a veces, con otras deformaciones.

Para tratarla no se debe estirar el SCM, sino hacer justamente lo contrario. Hay que acentuar la deformación pasivamente, acortando así el músculo, de forma suave y totalmente indolora, y mantenerlo un periodo de tiempo no largo en esta posición. Al ser una movilización pasiva, el músculo no trabaja y está distendido. Por tanto, al aproximar sus inserciones, el músculo se relaja y, al mantenerlo en esta posición un rato, los receptores internos del músculo que regulan su fuerza recuperan su funcionamiento normal, dañado debido al estiramiento brusco o excesivo inicial, y eso hace que el músculo se relaje y cese en su contractura.

Es un tratamiento indoloro, rápido y eficaz que, desgraciadamente, los médicos y fisioterapeutas de aquí desconocen.