Validez de los principios de la osteopatía

Andrew Taylor Still, creador de la osteopatia

En el fondo, lo que Still desarrolló es un tipo de medicina que viene a ser una versión primitiva de lo que hoy entendemos por medicina natural. En este sentido sus principios son fundamentalmente correctos pero, de acuerdo con lo que hoy sabemos, es conveniente hacer algunas precisiones importantes:

• Además de buscar la reacción natural del cuerpo, es preferible que el estímulo sea tan sutil y natural como sea posible. El objetivo debe ser simplemente conseguir que el cuerpo perciba su desequilibrio y reaccione, y no intentar sustituir al cuerpo en su reacción, corrigiendo el desequilibrio externamente. Por lo tanto, es preferible interactuar con el cuerpo de manera suave y natural, sin forzarlo, respetando su fisiología y forma de reaccionar ante un desequilibrio, es decir, actuando en el mismo sentido en que lo hace el cuerpo.

La osteopatía actúa forzando la articulación hasta el límite que la fisiología permite y, por tanto, en este sentido, no es estrictamente natural. Sin embargo, hay que decir que las primeras técnicas osteopáticas estrictamente naturales -como también lo es la Mioteràpia- fueron desarrolladas por osteópatas (Sutherland y Jones).

• No todos los problemas, ni siquiera los del aparato locomotor, derivan de un desequilibrio mecánico. De alguna forma, se podría decir que mantener un buen equilibrio mecánico es una condición necesaria para gozar de buena salud, pero que no siempre es suficiente. En este sentido, hay problemas energéticos -como, por ejemplo, un exceso de frío acumulado, la fatiga, los resultados de una alimentación desequilibrada o un desequilibrio emocional- que pueden afectar al aparato locomotor y que no responden a un tratamiento mecánico.

En estos casos será conveniente utilizar la acupuntura, por ejemplo.

• Un desequilibrio mecánico siempre es global, es decir, afecta a todo el cuerpo, porque este trata de compensar el desequilibrio inicial que lo ha provocado. No basta con identificar los diversos desequilibrios mecánicos locales sino que hay que averiguar cuál o cuáles pueden haber provocado los demás y el tratamiento debe dirigirse a tratar las causas y no las consecuencias del desequilibrio. De otra forma el tratamiento se convierte en sintomático y fácilmente habrá recaídas.

Así pues, se necesitan terapias que no se contenten con aplicar tratamientos locales sino que contemplen el cuerpo como un todo y sepan encontrar y tratar la causa o causas verdaderas del desequilibrio. En este sentido, hay que decir que muchas técnicas osteopáticas actúan básicamente a nivel local y no a nivel global. La Mioterapia, no obstante, sí lo hace.