Bronquitis y rinofaringitis del niño

Puesto que esencialmente tienen la misma causa y el mismo tratamiento, las exponemos conjuntamente.

Faringitis: infección vírica de la faringeLas bronquitis y rinofaringitis son unas de las enfermedades más comunes en los niños. Son infecciones víricas que afectan a los bronquios o las vías respiratorias altas, la cavidad nasal y la faringe, y provocan malestar. La sintomatología incluye tos, mucosidad, poco apetito y malestar general y, a menudo, dolor en la garganta -sobre todo al tragar-, fiebre, conjuntivitis, un poco de diarrea, etc. Secundariamente a la infección vírica puede aparecer también una infección bacteriana.

El tratamiento habitual es sintomático y suele incluir antitérmicos y antiinflamatorios no esteroideos además de medidas de higiene. En caso de infección bacteriana se administran también antibióticos.

Naturopatía

Cuando estas infecciones se repiten demasiado a menudo es que hay una debilidad del cuerpo que crea el terreno propicio para que los virus puedan prosperar. Lo que hay que hacer es reequilibrar el terreno del niño o niña para que su cuerpo pueda, por sus propios medios, defenderse de estos virus.

Si analizamos analógicamente los síntomas con el modelo de la naturopatía tenemos que:

  • La mucosidad (flemas) corresponde a un exceso de Flema y es un signo de enfermedad.
  • La tos, que tiene por objeto eliminar las flemas, es una reacción del cuerpo ante el exceso de Flema. Es una reacción de tipo Viento.
  • Las infecciones recurrentes nos indican que la Bilis está debilitada.
  • La fiebre, cuando la hay, es una reacción de reequilibrio del cuerpo que intenta hacer aumentar la función Bilis. La fiebre aparece porque la insuficiencia digestiva que estaba latente se ha descompensado y se ha hecho aparente debido a un factor desencadenante -el frío, habitualmente-.
  • El resto de síntomas, el dolor, el malestar general, pérdida de apetito, etc. son signos Viento de enfermedad.

El diagnóstico es claro: la causa es una insuficiencia digestiva (consumo excesivo de productos lácteos y de azúcares refinados) que debilita la Bilis y provoca un exceso de flemas y varios signos de enfermedad (dolor, el malestar general, pérdida de apetito, etc.) que el cuerpo intenta contrarrestar con la tos productiva y la fiebre.

Síntomas y diagnóstico

Para tratar el problema hay que tratar la insuficiencia digestiva. Es decir, hay que adoptar una alimentación adecuada -en particular, hay que eliminar inmediatamente los azúcares refinados y los productos lácteos de la dieta- y utilizar melitos (especias disueltas en miel) para aumentar la función Bilis del cuerpo. Es un tratamiento que suele ser rápido y efectivo y que evita las recaídas.