El terreno

El terreno son el conjunto de características intrínsecas de la persona que resultan de su herencia genética y de la exposición a los factores ambientales a lo largo de la vida -alimentación, edad, clima, relación con los padres, etc.- y que determinan sus fortalezas y debilidades y la forma de ser y el estado de salud, en general.

Dos gemelosTodos nacemos con unos genes que nos vienen dados por nuestros padres. Sin embargo, los genes no determinan del todo como seremos. Además de la herencia genética están los factores ambientales que hacen que algunos genes se acaben expresando y otros no. Los factores ambientales son el conjunto de circunstancias que nos suceden a lo largo de la vida. Los hay de todo tipo -ya que todo nos influye y nos hace ser como somos- pero los más importantes son la alimentación (y, particularmente, las carencias y los abusos en la alimentación), la educación, la relación con los padres y con nuestro entorno social, el clima en el que vivimos, las dificultades encontradas a lo largo de la vida, etc.

Es todo este conjunto de circunstancias lo que finalmente acaba de determinar cómo somos y hace que podamos modificar nuestra constitución, nuestro carácter y nuestra forma de ser, en general, y lo que determina también las fortalezas y debilidades de nuestro cuerpo y, en consecuencia , nuestro estado de salud.

Para representar la influencia que todos estos factores, ambientales y genéticos, tienen sobre una persona, hablamos del equilibrio que debe haber entre las 4 grandes funciones metabólicas de nuestro cuerpo -a las que, por comodidad, denominamos los 4 humores o 4 aspectos del terreno- para que la persona esté sana. Cuando, como consecuencia del predominio de algunos de estos factores ambientales, añadidos a nuestra herencia genética, se produce una pérdida de equilibrio entre las 4 grandes funciones metabólicas del cuerpo,  decimos que hay un terreno que predomina, o que está debilitado, en comparación con el resto.

Es entonces cuando aparecen debilidades y desequilibrios en nuestro metabolismo que facilitan que, como consecuencia de los diversos factores desencadenantes -los microbios, el clima, el estrés, la fatiga, etc.- aparezcan determinadas enfermedades que, como es lógico, estarán relacionadas con el tipo de desequilibrio que sufre el cuerpo, es decir, con el terreno.