Ventajas de la naturopatía

Por su enfoque dirigido a las causas de los dolores y enfermedades y su forma de actuar, la naturopatía presenta muchas ventajas a la hora de tratar muchísimas patologías, tanto agudas como crónicas:

La naturopatía actúa a nivel del terreno

El terreno son el conjunto de características intrínsecas de la persona que resultan de su herencia genética y de la exposición a los factores ambientales a lo largo de su vida -alimentación, edad, clima, relación con los padres, etc.- y que determinan sus fortalezas y debilidades y el estado de salud de la persona. El terreno viene dado, de acuerdo con el modelo de la naturopatía, por el equilibrio o falta de equilibrio entre los 4 humores o funciones del cuerpo: Bilis, Sangre, Flema y Viento.

La medicina convencional centra su actuación en los síntomas que presenta el paciente y pretende suprimirlos mediante medicamentos que actúan directamente sobre ellos. Muchas veces no busca cuál es la causa de la enfermedad y, cuando lo hace, atribuye la causa a un agente externo a la persona -típicamente un hongo, una bacteria o un virus, es decir, un microbio- y para curar al paciente utiliza un medicamento que actúe directamente contra este agente externo.

La medicina convencional no tiene en cuenta el desequilibrio metabólico del cuerpo -es decir, el desequilibrio del terreno- que crea una debilidad en el cuerpo que el agente externo aprovecha para provocar la enfermedad. Sin embargo, es esta debilidad -el hecho de que el cuerpo no esté en condiciones óptimas para defenderse de la agresión que supone el agente externo- la que posibilita que éste provoque la enfermedad. Ese mismo agente externo no provoca la enfermedad en una persona no debilitada. Por eso, cuando antiguamente había una epidemia, no moría todo el mundo sino únicamente las personas más debilitadas.

Este enfoque de la medicina convencional es el más adecuado cuando estamos ante una urgencia en que hay que salir de la situación crítica y el tiempo es vital o cuando se trata de una persona debilitada que tiene disminuida la capacidad de reacción del cuerpo para hacer frente a la agresión del agente externo.

En cambio, la medicina natural pone el énfasis en buscar cuáles son los desequilibrios que afectan al cuerpo y provocan las debilidades que pueden ser aprovechadas por los agentes externos -los microbios- para provocar la aparición de la enfermedad. En la aparición de la enfermedad interviene también, muy a menudo, un factor desencadenante -la exposición al clima, la fatiga o el estrés- que descompensa transitoriamente el equilibrio precario en que se encuentra el cuerpo como consecuencia del desequilibrio del terreno, por lo que la capacidad de defensa del cuerpo queda transitoriamente aún más disminuida. Pero no hay que confundir estos factores desencadenantes -que en una persona sana no provocan ninguna enfermedad- con la verdadera causa de la enfermedad, el desequilibrio del terreno.

La naturopatía actúa precisamente a nivel del terreno, utilizando plantas (y los alimentos que ingerimos) para restaurar el equilibrio fundamental de la persona y permitir que ella sola, por sí misma, con sus defensas no debilitadas, haga frente y supere la enfermedad.

A pesar de que la medicina convencional obtiene rápidamente muy buenos resultados, el enfoque de la naturopatía (que también obtiene rápidamente resultados) es más adecuado para que el resultado del tratamiento perdure y evitar recaídas y hace que la persona, en vez de ir acumulando desequilibrios que, con el tiempo, acabarán causando más problemas, se mantenga en un estado de salud mejor y en mejores condiciones para hacer frente a los agentes externos que continuamente nos rodean.

Causa, terreno, factor desencadenante y síntomas

Tratar la causa y no las consecuencias

El tratamiento con naturopatía se dirige a corregir las causas del problema y no las consecuencias. Es decir, focaliza la atención en tratar las causas que han provocado el desequilibrio del terreno y en corregir este desequilibrio y no en tratar los síntomas que no son sino la consecuencia. Es actuando así que se consigue un resultado perdurable y con menos riesgo de recaídas.

Menos recaídas

El hecho de reequilibrar el terreno hace que el cuerpo esté más equilibrado y preparado para hacer frente a los agentes externos y, en consecuencia, que el resultado del tratamiento sea más estable, dure más tiempo y haya menos recaídas.

Estimula la reacción natural del cuerpo

La naturopatía actúa ayudando al cuerpo en sus reacciones para hacer frente a la enfermedad. No se trata de hacer innecesarias las reacciones del cuerpo porque hemos eliminado el agente externo, tal como hace la medicina convencional, sino de posibilitar que el cuerpo pueda actuar por sí mismo con la máxima eficacia en las reacciones que lleva a cabo para hacer frente a la enfermedad.

Actuar de esta manera hace que el cuerpo mantenga un buen estado de salud y pueda hacer frente por sí mismo a los agentes externos que provocan las enfermedades en vez de depender de un medicamento que habrá que tomar cada vez que reaparezca el problema, haciendo crónica la enfermedad. Se puede tomar puntualmente una tanda de antibióticos, en caso de necesidad, para superar una infección, pero depender continuamente de los antibióticos para hacer frente a unos agentes externos que forman parte de nuestro entorno cotidiano no es una buena solución. Lo que hace falta es reequilibrar el cuerpo para que pueda evitar infectarse de nuevo.

Podemos hacer una analogía con la educación que se debe dar a los niños. No se trata de sobreprotegerlos y evitar que se tengan que enfrentar a las dificultades de la vida, sino de prepararlos y darles los medios para hacerles frente y superarlas por sí mismos.

Utiliza productos naturales y no principios activos aislados

La naturopatía utiliza como elemento terapéutico sustancias naturales, esencialmente plantas, con las que convivimos desde hace mucho tiempo. La ventaja que proporcionan las plantas es que la naturaleza presenta los principios activos que el cuerpo utilizará acompañados por otras sustancias que hacen que el cuerpo pueda asimilarlos mejor, de manera más suave y sin que le ocasionen un sobreesfuerzo.

El cuerpo no está habituado a los alimentos refinados ni a los productos químicos de laboratorio. Los principios activos aislados que utilizan los medicamentos, si bien cumplen su función y tienen una acción rápida, no dejan de ser toxinas y suponen un sobreesfuerzo para el cuerpo, tanto para asimilarlos como para eliminarlos después.

Sólo hay que ver la enorme cantidad de problemas de salud que el azúcar refinado provoca por el simple hecho de poder ser ingerido directamente en grandes cantidades en vez de como nos lo proporciona la naturaleza. Si cambiar la forma de presentar una molécula tan sencilla como el azúcar puede provocar todos estos problemas, mejor no imaginar qué puede ocurrir con las moléculas más complejas.

Actúa en el mismo sentido en que lo hace el cuerpo

La naturopatía actúa reforzando las acciones del cuerpo. Es decir, actúa en el mismo sentido y no de manera opuesta a como el cuerpo lo hace. En consecuencia, la naturopatía no altera el metabolismo natural del cuerpo, sino que simplemente lo refuerza.

Sin efectos secundarios

Gracias a utilizar productos naturales y trabajar en el mismo sentido en que lo hace el cuerpo, ayudándole en su reacción, la naturopatía no tiene efectos secundarios.

El cuerpo gradúa la intensidad de la reacción.

Por su forma de actuar, la naturopatía deja que sea el propio cuerpo quien regule la intensidad de la reacción. Se trata de darle un estímulo natural para que él mismo reaccione, de acuerdo con su capacidad de reacción. Esto quiere decir que las reacciones del cuerpo son reacciones equilibradas, que no suponen ningún sobresalto ni sobreesfuerzo y que el cuerpo las lleva a cabo de manera gradual justo hasta el punto donde le es necesario. Quien mejor conoce nuestro cuerpo, es el propio cuerpo y dejar que sea él quien regule el ritmo y la intensidad de los cambios hace que todo sea suave y armonioso.

De este modo, además, se hace innecesario que sea el terapeuta quien determine qué necesita el cuerpo y en qué medida. Esto evita posibles errores cometidos por el terapeuta y no daña los recursos y la energía que proporcionan al cuerpo la capacidad de reacción para mantenerse en un buen estado de salud y defenderse de las agresiones que pueda sufrir.

Cambios armónicos

Las reacciones que provoca la naturopatía son graduales y reguladas por el propio cuerpo y no requieren, por tanto, que el cuerpo tenga que ningún sobreesfuerzo. Todo es suave y armonioso y el cuerpo no debe malgastar recursos y energía para adaptarse a los cambios bruscos como ocurre, en cambio, con los medicamentos de la medicina convencional.

Medicina integral

La naturopatía es una medicina holística que tiene en cuenta todo el cuerpo. Permite tratar los dolores y enfermedades debidos a una mala alimentación -tanto si la causa es la insuficiencia digestiva, las toxinas o las carencias en la alimentación- y además permite que el cuerpo esté en disposición de afrontar mejor las consecuencias de los traumas, físicos y emocionales.

En el cuerpo todo es psicosomático, es decir, todo está relacionado. Es extraño encontrarse con un problema mecánico que no tenga un componente energético o de terreno y viceversa. Hay que tener una visión global para saber valorar en conjunto todos los aspectos y saber priorizar a la hora de definir el tratamiento. Hay que tener presente que no tratamos patologías aisladas sino que cada nivel influye en los otros niveles y se debe hacer, por tanto, un tratamiento integral. Tratamos personas y no dolores o enfermedades.

En cualquier caso, el terreno siempre es relevante en cualquier patología y, en ocasiones, será el tratamiento del terreno lo que haga la diferencia en el resultado de un tratamiento. En este sentido, cabe decir que la naturopatía se complementa muy bien con la Mioterapia y la Acupuntura para permitir abordar de forma integral el tratamiento del paciente.

Distinguir enfermedad y reacción

La naturopatía distingue los síntomas que corresponden a la manifestación de la enfermedad de aquellos que corresponden a la reacción del cuerpo. El tratamiento, en general, se dirigirá a tratar la causa de la enfermedad y sus síntomas y no las reacciones del cuerpo que, si bien son insuficientes -por esta razón hay enfermedad-, son, no obstante, útiles. Las reacciones desaparecerán en cuanto se corrija el desequilibrio del terreno -verdadera causa de la enfermedad- y, mientras dure el tratamiento, aunque puedan ser molestas, son útiles y no es bueno intentar suprimirlas sistemáticamente.

Tiene en cuenta la dieta

La alimentación es un componente esencial del terreno de la persona. Así pues, es imprescindible tenerla en cuenta si queremos obtener un resultado perdurable. No tener en cuenta la dieta es una de las grandes carencias de la medicina convencional.