El dolor de hombro es uno de los dolores más frecuentes del aparato locomotor. Ello no es extraño ya que el hombro es una articulación compleja y relativamente frágil pues permite una gran movilidad.
Podemos dividir los problemas del hombro en dos tipos. Los de carácter estructural en que el desequilibrio muscular global del cuerpo es el factor principal y los de carácter energético en que encontramos un dolor que no se explica por causas estructurales. Los de tipo estructural los trataremos con Mioterapia y los no estructurales con Acupuntura, aunque es bastante habitual encontrar problemas mixtos en los que habrá que utilizar ambas técnicas terapéuticas.
La exploración clínica del hombro y las características, causa inicial y evolución del dolor nos dirán si estamos ante un problema estructural o energético.
Mioterapia
Hay una gran diversidad de diagnósticos que hacen referencia al dolor de hombro. Así podemos hablar de descentraje articular, bursitis o conflicto subacromial (“impingement”), hombro congelado, tendinitis, calcificación o rotura del tendón del supraespinoso, omartrosis, etc. No obstante, hay que decir que, de hecho, todos estos diagnósticos corresponden a problemas que tienen una misma causa y que fundamentalmente responden a diferentes grados de evolución de la misma patología.
Puesto que bajo estos diagnósticos encontramos la gran mayoría de los problemas de hombro, podemos decir que la gran mayoría de los problemas de hombro tienen la misma causa (exceptuando las tendinitis biccipitales y las rupturas del tendón largo del bíceps que son debidas a una causa distinta).
En primer lugar hay que decir que la causa es muscular, concretamente, un desequilibrio entre los músculos tónicos que gobiernan el hombro. De entre todos ellos, el que causa la mayoría de problemas y, en particular, los problemas más importantes, es el músculo Pectoral Mayor.
Este es un músculo compuesto de tres partes que tienen roles diferentes. Así pues, hay que dividirlo en las tres porciones que lo componen y estudiarlas por separado: son la porción clavicular, la esternal y la costal. Las dos últimas son dinámicas y no dan problemas. En cambio, la porción clavicular del Pectoral Mayor es tónica y es la que mantiene el brazo alzado en flexión cuando el brazo está delante del cuerpo.
En caso de contractura, este músculo ejerce una fuerza permanente sobre el húmero que tiene tendencia a hacerlo rotar internamente, desplazarlo hacia adelante y elevarlo. Esto tiene dos consecuencias: en primer lugar, que la elevación del brazo (flexión y abducción) queda mecánicamente limitada y, en segundo lugar, que al elevar el brazo el tendón del músculo supraespinoso quede comprimido entre la cabeza del húmero y el acromion.
Así pues, de la contractura de la porción clavicular del Pectoral Mayor se deriva una limitación funcional (la limitación de la elevación del brazo) y el hecho de que elevar el brazo provoque dolor. Cuando estamos en esta situación inicial decimos que hay un problema muscular o un descentraje articular de la articulación Gleno-humeral.
Si la contractura del Pectoral Mayor no se trata y persiste el descentraje articular, el tendón del supraespinoso irá irritando la bursa subacromial y provocará un dolor que ya no será sólo mecánico (al elevar el brazo) sino que tendrá también características inflamatorias (dolor nocturno, continuo, etc.). En esta situación decimos que hay una bursitis o conflicto subacromial o "impingement". El dolor y la limitación funcional pueden hacer que el hombro se utilice poco y quede relativamente inmovilizado. Esto puede provocar que aparezcan problemas con la cápsula de la articulación y resulte un "hombro congelado".
De persistir el problema, el tendón del supraespinoso se inflamará y se irá desgastando. Esta situación corresponde a las tendinitis o tendinosis que pueden acabar provocando la calcificación del tendón por falta de uso o su ruptura. Este tipo de problemas también puede afectar a los tendones del resto de músculos del manguito de los rotadores (Subescapular, Infraespinoso y Redondo Menor).
Por último, de mantenerse esta situación, la articulación irá degenerando, aparecerán malformaciones artrósicas y tendremos omartrosis (artrosis en la articulación Gleno-humeral).
Así pues, toda esta serie de problemas, que se nos presentan bajo diagnósticos aparentemente tan diferentes, son debidos a una misma causa: una contractura muscular, en este caso de la porción clavicular del Pectoral Mayor, que desequilibra la articulación y hace que esta deje de trabajar correctamente y aparezcan los problemas en cascada.
Los problemas que sufre progresivamente la articulación y, en particular, el músculo Supraespinoso, son consecuencia de un problema muscular previo: la contractura de la porción clavicular del Pectoral Mayor. Entender esto es muy importante porque si el tratamiento se dirige a tratar las consecuencias del problema en vez de su causa sólo podremos aliviarlo. Hay que tratar su causa para poderlo resolver.
Cabe destacar que la fuerza ejercida por la porción clavicular del Pectoral Mayor puede ser muy importante en caso de contractura, hasta el punto de llegar a luxar las articulaciones del hombro, tal y como se puede ver en las siguientes fotografías, que corresponden a un caso extremo, el de una señora de 100 años.
En las fotos se ve como la tensión ejercida por la porción clavicular del Pectoral Mayor, que al palparla era como una cuerda de acero, ha deformado el hombro: en su acortamiento, ha arrastrado consigo todas las estructuras del hombro, deformándolo. Se puede ver como el húmero está subluxado respecto a la glena, rotado interiormente y anteriorizado, como la escápula ha abandonado el ángulo escapular para adoptar una posición muy cercana al plano sagital y como esto ha llevado a que la articulación acromio-clavicular forme un ángulo de unos 60º.
Estas fotos representan el caso extremo de esta patología. Las adjuntamos para ilustrar cuán importante puede llegar a ser la fuerza ejercida por la porción clavicular del Pectoral Mayor. En la práctica, no nos encontraremos nunca un hombro así -tampoco podríamos hacer nada- pero el caso es ilustrativo de hasta qué punto las contracturas musculares pueden llegar a deformar el esqueleto.
Hay otros músculos que pueden provocar problemas en el hombro -el Trapecio, el Redondo Mayor, todos los del manguito de los rotadores, etc.- pero el Pectoral Mayor es el que ocasiona los problemas más habituales y los más importantes.
Tratamiento con Mioterapia
Para tratar los problemas estructurales del hombro, es decir, debidos en su origen a contracturas musculares, es importante ir a la raíz del problema. Se trata de actuar sobre la causa del problema y no sobre sus consecuencias.
Será pues necesario tratar las contracturas musculares que afectan el hombro -en particular, la porción clavicular del Pectoral Mayor, habitualmente- sin olvidar que forman parte de una cadena de compensaciones musculares creada por el cuerpo para compensar la contractura primaria y mantener los equilibrios fundamentales del cuerpo.
Al restaurar el equilibrio muscular del hombro, los problemas que ocasiona, irritación de la bursa subacromial, inflamación y degeneración de los tendones de los músculos del manguito, calcificación del tendón del Supraespinoso, etc. se irán normalizando y el dolor y la pérdida de movilidad desaparecerán.
No recomendamos infiltrar el hombro. Aunque en algún caso agudo puede permitir reducir el dolor y salir de la situación de crisis, en general, terminan siendo lesivas para la articulación y lo único que hacen es ocultar el problema y retrasar su solución.
En caso de calcificación del tendón del Supraespinoso hay que actuar de la misma manera. La calcificación irá siendo reabsorbida poco a poco por el cuerpo a partir del momento en que la articulación recupere la movilidad. Intentar deshacer la calcificación con ultrasonidos o por algún otro medio lo que hará es diseminar el calcio entre los elementos de la articulación.
Acupuntura
Es también frecuente el caso en que hay un dolor en el hombro que no responde a un desequilibrio estructural. Este tipo de dolores corresponde básicamente a problemas en la circulación de la energía que afectan el hombro y están bien categorizados por la medicina china. Estos dolores pueden ir desde una molestia hasta ser lo suficientemente importantes como para impedir mover el hombro. Para resolverlos se utilizará acupuntura.
Los problemas energéticos más habituales en el hombro son el estancamiento de yin, el estancamiento de sangre y el exceso de yang, aunque hay alguna otra posibilidad. Cada uno de este tipo de problemas tiene un alcance diferente, que para algunos de ellos puede ir más allá del hombro, y da un tipo de dolor de características diferenciadas. Es valorando todo ello en conjunto que es posible hacer el diagnóstico.
Para cada uno de los diversos problemas energéticos hay uno o más puntos de acupuntura que son los apropiados para tratarlo. El tratamiento suele ser rápido y eficaz.